No es la primera vez que desde Kima Berdea denunciamos las “devastadoras” prácticas de desbroce en la ribera del río Barbadun.
Las últimas tendencias del urbanismo en ríos y arroyos defienden, lamentablemente, un concepto domesticado del medio fluvial, reduciendo nuestros cauces a meros cursos de agua encajonados y canalizados entre taludes desnudos.
La ribera del Barbadun en su tramo bajo desde San Juan hasta Muskes pasando por Oiankas ha vuelto a ser arrasada tras el desbroce de sus cañaverales y carrizales en lo que suele ser una práctica habitual en todos nuestros ríos. En dicho tramo el bosque de ribera sigue siendo bastante deficiente, así que dicha vegetación cumple un papel fundamental a la hora de albergar diversas especies de aves acuáticas que en el momento del desbroce se encontraban en plena época de cría. Y es que esa maraña de “maleza” que recubre la orilla del río no es algo accesorio, sino que constituye un verdadero ecosistema del que dependen determinadas especies para su reproducción como el ánade real, la polla de agua, el carricero común o el ruiseñor, por citar algunas de las más representativas.
Por ello, desde la Asociación Ecologista “Kima Berdea” solicitamos que se respeten cañaverales y carrizales en las labores de mantenimiento del río y sobre todo se tengan en cuenta los períodos de cría de la fauna. Así mismo demandamos la adopción de medidas para recuperar el bosque de ribera con alisas, salces, avellanos y mimbreras en los tramos comprendidos entre San Juan y Muskes.
ASOCIACIÓN ECOLOGISTA “KIMA BERDEA”
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